¡NOBEL DE LA PAZ INDIGNO!
¡Nobel de la paz indigno!
ESCRITO POR: HECTOR RODRIGUEZ
hectorrodriguezcastro@hotmail.com
Con asombro conocimos los resultados del premio Nóbel de la paz, jamás se había visto en la historia que se premiara las intenciones por encima de los hechos. En palabras de Eduardo Galeano estamos en “el mundo patas pa´arriba” donde lo que se debe criticar y rechazar, termina premiándose.
Continua, la ilegal y amoral, como la califico el papa Juan Pablo II, invasión de los EEUU en Irak, que diariamente significa para ese pueblo muerte, violación, pobreza y perdida de la soberanía, lo que se traduce, para el imperio, en cuantiosas sumas de dinero para sus trasnacionales, que cobran por reconstruir lo que ellos mismos destruyen, en petróleo seguro, a costa de miles de soldados muertos. Con relación a Afganistán, territorio donde la ofensiva lleva más tiempo, la decisión ha sido aumentar la cantidad de efectivos militares. Esta semana el presidente Obama autorizó el envío de 13.000 soldados, alcanzando los 34.000 efectivos militares aprobados por su gestión, acercándose a casi los 68.000 hombres desplegados para mantener esa guerra. En consecuencia, también va en ascenso el incremento de las víctimas, sobre todo por parte de los grupos más vulnerables, mujeres, niños y ancianos. Mientras tanto, Israel mantiene el saqueo y el acoso al pueblo palestino, a la par de la construcción de un muro que la humanidad entera ha rechazado, pero que cuenta con el silencio cómplice de los EEUU, que además impone, si es necesario, el veto en el consejo de seguridad de las Naciones Unidas. En ese mismo sentido, aumenta la agresividad contra el pueblo Iraní.
En nuestro continente tenemos una base militar de los Estados Unidos en Bonaire, Honduras, Perú, El Salvador, Costa Rica, y en Aruba, entre otras. Ya se anuncia el establecimiento de una base en Panamá y siete en Colombia, adicionales a las existentes en este país suramericano. También se reactivó la cuarta flota en el Caribe, que sólo se justificó durante la segunda guerra mundial para evitar la entrada de los submarinos nazis. En la actualidad, en medio de la profunda crisis del capitalismo y del decrecimiento de la economía norteamericana, donde una gran cantidad de sus empresas, incluyendo marcas emblemáticas, han declarado pérdidas, sólo un sector sigue creciendo, y se trata de la empresa armamentística. Estos son algunos de los hechos que se han generado durante los pocos meses de gobierno del presidente Barak Obama, nada alentadores, no se parecen a su hermoso discurso, ya que existe una brecha gigante entre lo que dijo y prometió en la campaña y que aun mantiene en sus declaraciones, aunque cada vez con menor ímpetu, con menor fuerza, y lo que revelan sus acciones en el gobierno.
Sin embargo, por sus sueños y su discurso se le adjudicó un premio que tradicionalmente se le ha entregado a personas que han expuesto su integridad y se la han jugado para conseguir la paz, pero tal como el mismo lo dijo, ese premio se debe más al peso del imperio, que a sus propios meritos. Seguros estamos, que el lobby y la presión fueron determinantes en este resultado. Ahora tiene el presidente de los EEUU la oportunidad de corregir tan grande error, de no pasar a la historia como ganador de un Nóbel que nunca mereció, para eso tendrá que retirar las tropas gringas de Irak, tal como lo prometió y terminar con esa guerra amoral e ilegal. Deberá terminar con la invasión a Afganistán, tendrá que retirar su apoyo a Israel y permitir que las sanciones de las Naciones Unidas se impongan, deberá respetar la soberanía de Irán, retirar las bases militares de Bonaire, Aruba, Panamá, Colombia, y otras, tendrá que cerrar las empresas de producción de armas, que crecen y crecen en su país gracias a las guerras que ellos generan, y deberá firmar el protocolo de Kioto, entre otras cosas.
No la tiene fácil el presidente para estar a la altura de la historia, quisiéramos creer en su voluntad, pero nos cuesta creer en el imperio que el dirige, y sus acciones, hasta ahora, no ayudan en nada para que reine la paz. Será la historia quien lo juzgue.
Continua, la ilegal y amoral, como la califico el papa Juan Pablo II, invasión de los EEUU en Irak, que diariamente significa para ese pueblo muerte, violación, pobreza y perdida de la soberanía, lo que se traduce, para el imperio, en cuantiosas sumas de dinero para sus trasnacionales, que cobran por reconstruir lo que ellos mismos destruyen, en petróleo seguro, a costa de miles de soldados muertos. Con relación a Afganistán, territorio donde la ofensiva lleva más tiempo, la decisión ha sido aumentar la cantidad de efectivos militares. Esta semana el presidente Obama autorizó el envío de 13.000 soldados, alcanzando los 34.000 efectivos militares aprobados por su gestión, acercándose a casi los 68.000 hombres desplegados para mantener esa guerra. En consecuencia, también va en ascenso el incremento de las víctimas, sobre todo por parte de los grupos más vulnerables, mujeres, niños y ancianos. Mientras tanto, Israel mantiene el saqueo y el acoso al pueblo palestino, a la par de la construcción de un muro que la humanidad entera ha rechazado, pero que cuenta con el silencio cómplice de los EEUU, que además impone, si es necesario, el veto en el consejo de seguridad de las Naciones Unidas. En ese mismo sentido, aumenta la agresividad contra el pueblo Iraní.
En nuestro continente tenemos una base militar de los Estados Unidos en Bonaire, Honduras, Perú, El Salvador, Costa Rica, y en Aruba, entre otras. Ya se anuncia el establecimiento de una base en Panamá y siete en Colombia, adicionales a las existentes en este país suramericano. También se reactivó la cuarta flota en el Caribe, que sólo se justificó durante la segunda guerra mundial para evitar la entrada de los submarinos nazis. En la actualidad, en medio de la profunda crisis del capitalismo y del decrecimiento de la economía norteamericana, donde una gran cantidad de sus empresas, incluyendo marcas emblemáticas, han declarado pérdidas, sólo un sector sigue creciendo, y se trata de la empresa armamentística. Estos son algunos de los hechos que se han generado durante los pocos meses de gobierno del presidente Barak Obama, nada alentadores, no se parecen a su hermoso discurso, ya que existe una brecha gigante entre lo que dijo y prometió en la campaña y que aun mantiene en sus declaraciones, aunque cada vez con menor ímpetu, con menor fuerza, y lo que revelan sus acciones en el gobierno.
Sin embargo, por sus sueños y su discurso se le adjudicó un premio que tradicionalmente se le ha entregado a personas que han expuesto su integridad y se la han jugado para conseguir la paz, pero tal como el mismo lo dijo, ese premio se debe más al peso del imperio, que a sus propios meritos. Seguros estamos, que el lobby y la presión fueron determinantes en este resultado. Ahora tiene el presidente de los EEUU la oportunidad de corregir tan grande error, de no pasar a la historia como ganador de un Nóbel que nunca mereció, para eso tendrá que retirar las tropas gringas de Irak, tal como lo prometió y terminar con esa guerra amoral e ilegal. Deberá terminar con la invasión a Afganistán, tendrá que retirar su apoyo a Israel y permitir que las sanciones de las Naciones Unidas se impongan, deberá respetar la soberanía de Irán, retirar las bases militares de Bonaire, Aruba, Panamá, Colombia, y otras, tendrá que cerrar las empresas de producción de armas, que crecen y crecen en su país gracias a las guerras que ellos generan, y deberá firmar el protocolo de Kioto, entre otras cosas.
No la tiene fácil el presidente para estar a la altura de la historia, quisiéramos creer en su voluntad, pero nos cuesta creer en el imperio que el dirige, y sus acciones, hasta ahora, no ayudan en nada para que reine la paz. Será la historia quien lo juzgue.
ESCRITO POR: HECTOR RODRIGUEZ
hectorrodriguezcastro@hotmail.com
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